23 de enero 2019: de persistir la polarización sera una nueva desilusión para Venezuela.
Vladimir Aguilar Castro
Universidad de Los Andes.
El
23 de enero del 2019, como corolario de la declaratoria de usurpación
del poder de Nicolás Maduro por parte de la Asamblea Nacional, constituirá, de persistir la polarización, una nueva desilusión para
quienes creían que ese día se iba Nicolás Maduro de Miraflores.
Lo
cierto es que cada uno de los bandos encontrados en el esquema de polarización existente en el país desde hace 20 años, ha pateado e
interpretado la constitución a su antojo. Luego de que esta fuera
aprobada ha transitado en medio de los avatares de los polos
enfrentados.
En efecto,
como ya lo hemos señalado en otras oportunidades, un contrato social que
debe servir para marcar la hoja de ruta de cualquier sociedad, en
Venezuela tiene su propia historia de lealtades y traiciones. Entre el
año 2000, fecha de su aprobación, hasta el año 2007 fecha en que se pretendió su reforma por parte del gobierno, tuvo como principal
defensor al oficialismo. No obstante y desde entonces, la oposición entraría por el redil de su reconocimiento teniendo como momento álgido
el triunfo electoral en las elecciones parlamentarias del 2015.
Sin
embargo, el desvarío vuelve a atrapar a unos y otros cuando, a raíz de
los resultados parlamentarios prácticamente el ejecutivo inhabilita al
legislativo, y en vez de existir una colaboración entre los poderes
surge una constante confrontación, hasta el dia de hoy.
Desde
el año 2017 la constitución es interpretada por el mejor postor. La
convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente (ANC) en forma irrita
marca el inicio de unos tiempos constituyentes en el imaginario único
de quienes lo promueven.
El país sigue su extravío en medio de usurpaciones, indefiniciones y
deformaciones del texto constitucional, no viendo en este el mecanismo
de solución de controversias sino de su profundización.
Así llegamos al día de hoy. Una crisis profunda en lo económico y social
que todavía no se acompasa con los momentos de crisis política que
vivimos, a menos que la lucha social y popular trascienda y determine la
agenda parlamentaria. Una economía arruinada sin traducción política
aun, es la unica certeza que tiene Venezuela en este año que comienza.
Por
ahora, el 23 de enero del 2019 ha sido una manifestacion de fuerza con
un claro propósito de indicarle al poder constituido que la gente no
esta dispuesta a que la sigan gobernando de la vieja manera, y que ante
el fracaso de su gestion todos deben irse. Una relegitimacion total y
definitiva de todos los poderes es un asunto pendiente de la democracia
en el país.
23 de enero 2019
(Caracas, autopista de Prados del Este)
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