jueves, 28 de febrero de 2019

Palabras presentación del Libro "Resistencias indígenas y disidencias jurídicas en Venezuela". Vladimir Aguilar

Palabras presentación del Libro
Resistencias indígenas y disidencias jurídicas en Venezuela
Vladimir Aguilar Castro
“Yo escribo para quienes no pueden leerme. Los de abajo, los que esperan desde hace siglos en la cola de la historia, no saben leer o no tienen con qué”. 
Eduardo Galeano, La dignidad del arte. El libro de los abrazos, p. 140.
Introducción (mi testimonio)
Este libro que hoy presentamos gracias al apoyo de la Fundación Tierra para Todos y de la Federación de Comunidades Awa del Ecuador (FECAE), más que un libro es un testimonio. En efecto, en estos momentos aciagos por los cuales atraviesa mi país cuyas principales víctimas son los pueblos indígenas, en este caso el Pueblo Pemon de la Gran Sabana, responde a una revisión histórica exhaustiva del posicionamiento del tema indígena a nivel internacional, de su llegada al ámbito domestico (Venezuela) y, finalmente, su contemporaneidad con los tiempos actuales a propósito de la pretensión subyacente de cambiar los derechos indígenas al trasluz de la aprobación de una nueva constitución por una Asamblea Nacional Constituyente (ANC) espuria.
Decimos que más que un libro es un testimonio porque a través de él hemos dado cuenta de nuestro tránsito con pueblos y comunidades indígenas del país, América Latina y el mundo, desde hace unos treinta (30) años. Hoy, cuando nuestros indígenas están siendo desplazados de sus territorios ancestrales como es el caso del pueblo Warao y Yukpa y ahora Pemon, o cuando estos últimos son acribillados a mansalva en una lucha de balas contra flechas, el libro en tanto testimonio, no puede ser sino un tributo a quienes aún resisten y disienten de diversas maneras en Venezuela.
Hoy se cumplen en mi país trienta (30) años del famoso Caracazo, una sublevación popular en contra de medidas económicas de corte neoliberal. Treinta (30) años después se produce el Kumaracapazo, en referencia a Kumaracapi lugar donde se dio el acribillamiento de los indígenas Pemon.
Un Topongen en territorio Pemon
Fue precisamente en esa región de la Gran Sabana, territorio ancestral del pueblo caribe Pemon, donde me inicié como abogado indigenista. Waramasen hoy sitiada por el ejército, sería la primera comunidad indígena en visitar. Eran los tiempos de la Federación Indígena del Estado Bolívar (FIEB) cuyo liderazgo era indiscutible en el seno de las comunidades. Con ella empezamos a conocer más de cerca una realidad que poco a poco iba evidenciando la existencia de toda una institucionalidad estatal que oprimía a los Pemon, los arrinconaba y les negaba su existencia. Podíamos decir que ante la ausencia de derechos la invisibilidad indígena era la regla.
Con la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV) del año 2000, se abriría compás de oportunidades para el movimiento indígena venezolano. Contrario a lo que muchos pensaban en cuanto a que la inserción de los derechos indígenas en el nuevo contrato social vendría a ser una concesión de la voluntad política del momento, la realidad fue que los derechos indígenas eran el resultado de largas batallas de resistencia de los pueblos indígenas del país desde los años sesenta (60), con la creación de las primeras organizaciones indígenas y, sobre todo, con la participación de indígenas venezolanos en los principales foros internacionales desde los años ochenta (80), donde la presencia de ellos se haría sentir con fuerza en la aprobación del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), siendo el instrumento jurídico junto con la Declaración de Derechos de los Pueblos Indígenas de las Naciones Unidas (2007), más importante que en la actualidad tienen los pueblos indígenas del mundo.
En mi tránsito con el pueblo Pemon pude aprender que sus usos y costumbres son fuente de derecho propio gracias a las metódicas conversas con unos de los Piasan (sabio pemon) más relevantes del último siglo: Don Carlos Figueroa. En efecto, durante la visita que hiciera Don Carlos a Ginebra en el año 1999, para participar en la extinta Subcomisión para la Promoción y Protección de los Derechos Humanos del Consejo Económico y Social (ECOSOC), denunció ante el mundo la construcción de un Tendido Eléctrico por parte del Estado venezolano que atravesaba todo su territorio ancestral. Sería la primera vez que el pueblo Pemon participaba en un foro internacional para increpar al Estado que les oprimía.
Todo esto coadyuvó a que en Venezuela se aprobará una constitución con un capítulo y varios artículos que reconocerían los derechos de los pueblos indígenas. Lamentablemente, esa constitución hoy en día es letra muerta y su reivindicación junto a los derechos en ella contenidos es una urgencia en mi país.
¿Por qué resistencias indígenas?
La única constante en la historia del proceso de conquista y posterior creación de Venezuela como estado-nación hasta hoy en día, es la resistencia indígena. Esta última es la expresión de la única herramienta (política) con la que cuentan los pueblos indígenas.
Con la evolución de los derechos indígenas en el derecho internacional, precisamente en el seno de la OIT la cual está cumpliendo un siglo de creación, y su posterior inserción en el derecho interno, la resistencia indígena se ha convertido en disidencia jurídica.
Hoy en día los indígenas venezolanos frente a la resnulización (res nullius) de sus territorios han tenido que apelar a sus tradiciones, instituciones propias, usos y costumbres para confrontar al otro derecho no indígena pero, sobre todo, para contener el proceso de fragmentación territorial al cual están siendo sometidos. Las víctimas mayores de ese horrible plan de destrucción masivo conocido como Arco Minero del Orinoco (AMO), son los pueblos indígenas del Estado Bolívar.

La democracia intercultural

En Venezuela urge construir democracia. Pero no cualquier democracia. En nuestra opinión, la interculturalidad es una herramienta para profundizar y trascender el actual caos en el que nos encontramos. A la deriva autoritaria hay que oponerle democracia intercultural. Es necesario buscar en los sistemas jurídicos indígenas sus propias formas de resolución de conflictos. Lo que hoy ocurre en mi país no es más complicado de lo ocurrido en Sudáfrica en tiempos del Apartheid. No olvidemos que en Sudáfrica el Ubuntu del pueblo indígena zulú Xhosa permitió trascender al oprobioso sistema de segregación racial.

Nuestro país (Referencias, 2017, 12-14) “es rico en diversidad cultural y diversidad biológica. La riqueza de pueblos e idiomas indígenas hace que nos reconozcamos como una nación pluricultural. En este sentido, es necesaria la configuración de una estructura estatal que permita la construcción de instituciones interculturales, las cuales a través de políticas públicas interculturales, permitirán la construcción de una sociedad pluricultural de conformidad con lo establecido y reconocido en el preámbulo de la constitución.
La construcción de instituciones en las cuales se diseñen políticas públicas interculturales apuntará hacia el rediseño del Estado venezolano, el cual, aun siendo único e indivisible no es uniforme ni homogéneo. En la riqueza cultural y en la creación de condiciones para su concreción se encuentra el fundamento para el enriquecimiento del experimento democrático en construcción pero, sobre todo, para la realización de la democracia intercultural como medio y no como un fin en sí mismo (Nancy)”.

De un Sabarire para los Uwottuja
Este libro (mi testimonio) es dedicado a mis hijos por las historias personales de cada uno y a mi esposa quien cada día me alegra la vida. Pero el libro también va dedicado a la memoria del gran Freddy Menare, indígena Uwottuja (Piaroa) de la Amazonia venezolana asesinado por sicarios, en venganza al haber sido uno de los mayores defensores del territorio uwottuja autodeslindado (autodemarcado) el cual, como el resto de los territorios indígenas, todavía esperan por el reconocimiento y titulación por parte del Estado venezolano.
Con este libro pretendo honrar su memoria así como la de todos los hermanos y hermanas indígenas que han resistido y siguen disintiendo a las políticas de discriminación y exclusión social, así como a las estrategias de balcanización de sus territorios que está teniendo como consecuencia una suerte de genocidio cultural silencioso en mi país.
Finalmente quiero de nuevo agradecer a la Fundación Tierra para Todos, en especial a Pablo Iturralde, a su esposa Pao y a Diliana Domínguez, a la Federación de Comunidades Awa en el Ecuador (FECAE), a su Presidente Florencio Cantincus y a Silvio Alvarez.
Quiero también hacer un especial reconocimiento a mi querida amiga y colega Marilena Asprino por sus hermosas y sentidas palabras en la presentación de este libro. Ha sido una hermosa sorpresa y el libro no podía tener una mejor presentadora que ella. Amiga de siempre Adiwa.
Gracias a todos ustedes por estar aquí…
Ariwonnoto…
Tawa malasan…
Muchas gracias…
Ibarra, febrero 27 2019.

sábado, 23 de febrero de 2019

Sin implosión no hay transicion. Vladimir Aguilar

Sin implosión no hay transicion

En julio del 2018 escribíamos en este mismo blog, en un articulo intitulado "Venezuela y la implosión por venir: una cuestión de tiempo", que "a decir de Alain Badiou, pensando el acontecimiento en Venezuela, será bajo su condición, en "una construcción de lugar y de tiempo", que emergerá una irrupción de cambio en el país".

Advertíamos ademas que seria "necesario imponerle a los que gobiernan y a quienes han fracasado oponiéndosele, "trayectos sociales y subjetivos nuevos", para desde la política construir una nueva forma de hacer política en Venezuela".

El guion venezolano

Venezuela se convierte en un precedente de las relaciones internacionales y en un nuevo guion del poder hegemónico mundial: por una parte, la comunidad internacional se debate entre el reconocimiento de un presidente auto proclamado que pretende usurpar el poder usurpado y, por la otra, procede a avalar la confiscación de cuentas, bienes y activos a nivel internacional y ayuda humanitaria entre otras, frente a situaciones domesticas híbridas y complejas que ponen en entredicho al Estado-nación.

Muchas cosas tendrán que ser replanteadas en el derecho internacional y en las relaciones internacionales. Definitivamente los hechos siempre van por delante de la teoría.

La conspiración y deslealtad como condición democrática

Cuando no hay instituciones (República para Bolívar) la conspiración y deslealtad es la condición.

Siempre dijimos que sin implosión no habría transicion. Pensamos que vendría de los civiles que acompañaban el proceso. La ex fiscal fue una muestra de ello. Pero siempre había que esperar por los militares a quienes Chávez consintió para que estuvieran con el. En el 2002 Baduel lo rescato en la Orchila y luego
se le sublevo a Chávez en el 2007. Todavía esta preso. Ayer fue el pollo Carvajal quien se deslindo de Maduro. ¿Cuantos faltan?

Esa es la magnitud de la tragedia que ocurre en el pais. Independientemente de los actores, en Venezuela la condición para ser demócrata es la de ser conspirador. Pero a eso se le agrega otra categoría que ha estado presente a lo largo de nuestra historia política: la deslealtad.

Hoy solo basta reconocer a Guaido para ser un militar o civil "demócrata".

Del por ahora al vamos bien

Sin saber aun lo que quiere la inmensa mayoría al menos ya sabe no quiere: a Maduro. El asunto es como ello debe ser manifestado y materializado.
El cansancio en las estrategias y pifias de la oposición y la testarudez del gobierno, llevo a que se impusiera la vía externa.

Luego de veinte años transitamos del por ahora al vamos bien. El deseo popular de salir de algo siempre es polarizado mediante secuestro. Y así llegamos a la dicotomia del momento presente.

Cúcuta como epilogo

Fue en Cúcuta donde se creo la Gran Colombia y en Ocaña se enterró.
Si a la historia nos remitimos, lo que hoy ocurre allí indiscutiblemente tendrá consecuencias no solo para Venezuela sino  para el resto del continente.

23 de febrero 2019

viernes, 22 de febrero de 2019

La verdadera cara de la desgracia. Vladimir Aguilar

La verdadera cara de la desgracia

A la memoria de los Yeze asesinados en Kamaracapay...

Mientras algunos miran por televisión o en vivo el concierto por Venezuela en la ciudad de Cúcuta, los indigenas Pemon enfrentados en Kumarakapai a la Guardia Nacional, son acribillados a mansalva.

Esa es la diferencia en los tipos de resistencia cuya peor parte históricamente la han llevado los indigenas. La gran mayoría del país apenas sabe de su existencia.

Total es preferible ir a Cúcuta que a la Gran Sabana. Una pausa musical en medio de la tormenta que nos embarga no viene nada mal. De por si, Kumarakapai es una tierra de indios donde hay tepuyes sagrados que ha sido saqueada una y mil veces: primero, con el Parque Nacional Canaima impuesto sin consulta sobre el territorio ancestral Pemon, y ahora con el Arco Minero del Orinoco.

La verdadera tragedia de nuestro país es que avanzamos a una suerte de res nulizacion (res nullius) del territorio nacional. Contrario a la opinión de constituyentistas de ayer y hoy y de muchos diputados, desde hace tiempo los verdaderos guardianes de la frontera sur son los indigenas Pemon y no las fuerzas armadas.

El saqueo de los recursos es proporcional al genocidio cultural al que han sido sometidos nuestros pueblos indigenas a lo largo de la historia.

22 de febrero 2019

jueves, 21 de febrero de 2019

Febrero caliente en Venezuela. Vladimir Aguilar


Febrero caliente en Venezuela
Vladimir Aguilar Castro
Universidad de Los Andes
Febrero caliente en Venezuela. A escasos días de celebrar los treinta años del Caracazo el polvo de la confrontación política en el país vuelve por sus fueros. De seguro la fecha pasará desapercibida ante lo que se juega la nación en los actuales momentos.
Sobre la “ayuda humanitaria”
Si la “ayuda humanitaria” finalmente entrase a Venezuela el próximo 23 de febrero habría un reacomodo de las fuerzas. Lo de la ayuda se ha convertido en un objetivo cada vez más político y menos humanitario para la oposición pero también para el gobierno. La diferencia es que ahora hay participación directa de actores externos que suscriben la idea de que esta debe tener esas características. Incluso, la ayuda se otorgó si y solo si se le imprimía un contenido político a la misma.
Hasta ahora la movilización a la frontera ha sido pacífica sin que por supuesto se puedan descartar escaramuzas violentas que provoquen una situación impredecible. No podemos obviar el hecho que se está jugando a la guerra y de que hay halcones de lado y lado en una apuesta suma cero.
La crisis de país

La situación de escasez en el país, la ausencia de medicinas y alimentos, el contrabando y acaparamiento, etc., es inocultable. Es algo que salta a la vista y que nadie puede negar. El gobierno lo sabe es parte de su fracaso económico y político. Pero en nuestra opinión, ello también responde a una lógica perversa económica de control de productos de mafias alrededor del Estado y del gobierno con agentes domésticos y externos. Por cierto, de pasar la “ayuda humanitaria” de seguro no escapará a esa misma lógica perversa.

Maduro ha actuado tarde. A la noción de “ayuda humanitaria” que en el derecho internacional humanitario tienen unas condiciones específicas y precisas y que en estos momentos no aplican en el país, el gobierno debió oponerle la noción de cooperación internacional. Con la ayuda de Rusia a Venezuela el gobierno no solo reconoce el drama en el que está sumido el país, sino fundamentalmente el fracaso de su gestión política. Las preguntas que debemos hacernos son: ¿Dónde están los 60 dólares que por concepto de 1 barril de petróleo se producen en estos momentos en el país, aceptando la cifra conservadora de un millón doscientos mil barriles diarios de producción? ¿Cómo armonizar "crisis humanitaria" con producción de petróleo?

Definitivamente, Venezuela es un país secuestrado por las lógicas de la perversidad.  


Llegando al llegadero

Al recibir ayuda de Rusia Maduro simplemente está mostrando que cuenta con este país y está reconociendo una crisis económica que hasta principios de este año no se acompasaba con lo político. Estamos llegando al llegadero. Veremos si la oposición repite los errores del 2014 y 2017 lo cual produciría una nueva frustración en sus seguidores y, en consecuencia, una nueva estampida y diáspora venezolana, sacrificando al resto de la población a quien se le abrió una expectativa de cambio fundamentada en una nueva usurpación también del poder (la usurpación de Guaido como respuesta a la usurpación de Maduro), lo cual generaría un reacomodo de fuerzas y actores que terminen también resquebrajando al propio bloque de poder, pues es claro que sin la implosión de este no ha habido posibilidad de apertura del sistema político.

La oposición se ha realineado en torno a sus nuevos dirigentes y el gobierno en torno a Maduro. ¿Cuál de los dos va a perdurar en el tiempo? Esa es la verdadera prueba de fuego este fin de semana en una reedición de la polarización política en Venezuela pero, como ya dijimos, con nuevos actores externos, nuevos desafíos y nuevos contextos. Hasta ahora, en este tipo de crisis y situaciones, el gobierno ha salido victorioso. Veremos si con la presencia de nuevos actores y amenazas el status quo se mantiene o estalla en mil pedazos. 

Febrero 22, 2019


domingo, 3 de febrero de 2019

El día despues de Maduro. Vladimir Aguilar

El día despues de Maduro
Vladimir Aguilar Castro
Universidad de los Andes

La oposición desunida

El día despues de Maduro estará plagado de enormes contradicciones. Primero, en el ámbito interno las fuerzas y tendencias de la oposición pugnaran por hacerse de los destinos del pais. Segundo, vencido Maduro ahora tocara vencerse entre ellas mismas. Ya no habrá autoproclamacion que valga pues toca ganar las elecciones. ¿Cuantos candidatos habrán? Es una incógnita a despejar ya que el chavismo tambien podrá participar esta vez con rectores "imparciales" en igualdad de "condiciones".

El pragmatismo y realismo de las relaciones internacionales

La característica fundamental de las relaciones internacionales, luego de la caída del Muro de Berlin, es el enorme pragmatismo. En efecto, no es curioso como Rusia y China se pronunciaron en favor de Nicolás Maduro en el seno del Consejo de Seguridad y, días despues, le quitan el apoyo para precipitar su caida como Presidente de la República. Negocio es negocio.

Los vencedores de la segunda guerra mundial

Tal como ocurriese en la crisis de los misiles de 1962 en Cuba, los paises periféricos y sus asuntos domésticos ocupan un segundo plano cuando los vencedores entran en pugna por sus áreas de interés.

Los imperios como los azares tienen púas. Es cierto que los chinos y rusos tienen veinte años desde que la "revolución" llego al poder, pero tambien los americanos tuvieron con Exxon Mobil en tiempos de Chavez y Maduro participación directa en la Plataforma Deltana. Muestra de dicha presencia es la confiscacion de CITGO por parte de EEUU y de las relaciones comerciales que aun se mantienen, a pesar de la crisis política, entre ambos países.

También hay empresas estadounidenses en el Arco Minero del Orinoco. ¿Que los hizo cambiar? ¿En que momento se produjo el desacompasamiento entre tiempo económico y tiempo diplomático y político?

Desde inicios del siglo XX, cuando fuera descubierto el petroleo en nuestro pais, han estado las empresas americanas. Como corolario de lo anterior, no es primera vez que se producen cambios en Venezuela resultado de una intervención directa de Estados Unidos. Hay una analogía con la época en que la potencia del norte nos representara en la disputa del Esequibo a finales del siglo XIX, y al bloqueo que padeciéramos en tiempos de Cipriano Castro a principios del siglo XX.

Algunas interrogantes para el día despues

El día despues de Maduro: ¿Estará dispuesta la oposición a cambiar el país para mejor o sera simplemente un juego de poder? ¿Dejaremos de ser extractivistas? Superaremos la crisis estructural y cultural que padecemos? ¿Como quedaran los intereses de los países y empresas que provocaron la salida de Maduro en la plataforma deltana y el AMO? ¿Acaso habrán mas garantías para ellas en una suerte de "saqueo pero con orden"?

No hay guerra menos mala

Fue una representante del Parlamento Europeo quien vocifero: en Venezuela hay una guerra todos los días. Y es verdad. Es la guerra de un modelo extractivista y termoindustrial perverso, que en el caso de nuestro país tiene cien años de historia y escala mundial ciento ochenta años. A pesar de ello, jamas podrá ser opción a la guerra de todos los días la "gran guerra" como solución final de los grandes imperios.

2 de febrero 2019

viernes, 1 de febrero de 2019

Orden mundial y legitimidad democrática en Venezuela. Vladimir Aguilar Castro-Eduardo Molina Campano

El (des) orden mundial
Ningún sistema internacional, desde la paz de Westfalia (1648) pasando por el sistema de Viena (1815) hasta los que se erigieron luego de las dos guerras mundiales, han sido puros. Son sistemas híbridos en los que se han conjugado elementos de balance of power, concierto y hegemonía. Lo único común a cada uno de los sistemas internacionales existentes en los tiempos históricos en los que emergieron es que han sido definidos y edificados por los vencedores.
El de la guerra fría sería corolario de dos visiones encontradas entre Francia y Gran Bretaña en cuanto al enemigo real (bolcheviques) y el enemigo potencial (Alemania), luego de la primera guerra mundial. Los franceses sostenían que la amenaza inmediata era la de sus vecinos mientras que el Reino Unido siempre vio en el socialismo el enemigo a vencer. Era lógico. Inglaterra había sido la cuna del modelo capitalista y la ex Unión Soviética comenzaría a serlo de su opuesto. Eran visiones ideológicas las que se irían a confrontar una vez finalizada la segunda guerra mundial.

El primer impase entre los vencedores lo constituiría la guerra de Corea (1950). Ni siquiera la revolución China había despertado tanta suspicacia en Occidente como el conflicto entre las dos Coreas. Con la crisis de los misiles en Cuba (1962) habría que esperar un decenio para un nuevo quiebre que pondría en peligro el sistema internacional de San Francisco de 1945.

Luego de la caída del Muro de Berlín (1989) son posicionamientos entre vencedores los que se disputan en el tablero mundial de la postguerra fría. Desaparecería la ex Unión Soviética pero la Rusia emergente sería la heredera de la gran victoria de Stalingrado (1943), la cual marcó el principio del fin de Hitler. Recordemos que la Primera Guerra del Golfo de 1990 sería votada sin veto alguno por todos los miembros del Consejo de Seguridad.
 
Venezuela en el Consejo de Seguridad
La reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas de estos días nos retrotrajo a los tiempos de la guerra fría y puso a Venezuela, por primera vez, en la agenda de dicho órgano. Tras la exposición de la Secretaria General Adjunta de la ONU para Asuntos Políticos Rosemary Di Carlo, puso el énfasis en la vulneración de los derechos humanos y en los datos de subalimentación, duplicación de la tasa de mortalidad infantil y la migración forzada. Estados Unidos a través de su representante el Secretario de Estado Mike Pompeo, instó a posicionarse de un lado o del otro, señalando que "es el momento para que cada nación elija un lado. No más retrasos, no más tretas: o están con las fuerzas de la libertad o están aliados a Maduro y su caos".

No es la primera vez que la principal potencia hegemónica del mundo espeta de esta manera en el seno del organismo multilateral. Estados Unidos logró una mayoría simbólica a favor de sus planes hacia Venezuela ya que 8 de los 15 miembros se posicionaron a favor de la legitimidad de Juan Guaidó como supuesto Presidente interino. Sin embargo, no se votó ni se llegó a ningún acuerdo ya que las decisiones requieren del voto afirmativo de, al menos 9 miembros y además parece que se quiso evitar llegar al punto de usar el instrumento del veto. No obstante, EEUU no necesita más que esa victoria simbólica en el Consejo para continuar sus planes bajo el argumento de la democracia. El gobierno de Nicolás Maduro se lo puso bastante fácil al iniciar a partir del 2016 una deriva de concentración de los poderes. También se habló de países satélites como en los tiempos de la Guerra Fría, habiéndose inclinado Rusia y China al lado del Gobierno del Nicolás Maduro.

Por otro parte, el canciller venezolano Jorge Arreaza se defendió argumentando la orquestación directa de un golpe de Estado por parte del Gobierno de Trump, mediante la maniobra política de la autoproclamación por parte del Presidente de la Asamblea Nacional, amparándose en el artículo 233 de la Constitución Bolivariana. El día 23 de enero del año en curso, miles de venezolanos descontentos por la situación social insostenible salieron a las calles para demostrar su descontento. ¿A quién corresponde la legitimidad democrática? ¿Cuáles son los planes e intereses verdaderos del gobierno de los Estados Unidos? ¿Qué intereses tienen China y Rusia en Venezuela? ¿Qué responsabilidad tiene el gobierno de Nicolás Maduro en este desenlace? ¿Cuál puede ser una solución que no conduzca a una guerra civil?
 
Polarización de los discursos y de las acciones 

La visión binaria de buenos y malos ya la vimos en los tiempos de mayor tensión entre la ex Unión Soviética y los Estados Unidos, tal como lo apreciamos en la sesión del Consejo de Seguridad. También constituiría la característica principal del sistema internacional luego de los atentados terroristas del año 2001. Por otra parte, esa perspectiva ha sido una constante en las principales crisis que le ha tocado vivir a Venezuela desde que Hugo Chávez llegó la Presidencia de la República en 1999. Pero la realidad es que los intereses de los actores en juego no han hecho más que ocultar la verdadera contradicción de los hechos apelando al pragmatismo sacrosanto de la política y las relaciones internacionales.

Se ha fabricado una polarización ideológica que no tiene una base real en el país. Esta perversa diatriba realista ha sido auspiciada por diferentes actores que se interrelacionan desde lo local hasta lo global. Gobierno y oposición junto a los aliados regionales y mundiales de cada lado, pugnan por sus intereses geopolíticos y económicos que son los que están verdaderamente detrás de un conflicto que no es ideológico ya que ni siquiera existe un debate sobre el dilema socialismo versus capitalismo. Esa discusión ya quedó atrás y Venezuela, a diferencia de Cuba en su momento, jamás cruzó las fronteras del capitalismo de Estado.

En vista de la situación, consideramos que el gobierno de Nicolás Maduro si es que le queda algo de pudor, debería aceptar la realidad del socavamiento de su legitimidad a partir del triunfo parlamentario de la oposición en diciembre 2015 con relación al creciente autoritarismo, al desmantelamiento de la división de los poderes, a las muertes impunes, y abandonar su inflexibilidad y empecinamiento por mantenerse en el poder a cualquier precio, incluso en estos momentos en el que se está al borde de una guerra.

Cualquier gobierno responsable debería aceptar que, independientemente del grado de incidencia que haya podido tener la guerra económica, ésta debería ser una razón más para renunciar en virtud de no haberla sabido encarar y combatir reconociendo que ha perdido la batalla de la gestión pública del país. Debería reconocer que la ciudadanía venezolana se expresó de forma clara el 23 de enero del 2019, más allá de las maniobras políticas de Estados Unidos y de un sector radical de la oposición venezolana.

Nicolas Maduro debería tener en cuenta que en el marco del realismo de las relaciones internacionales, al momento de perder apoyo de sus principales sostenedores China y Rusia, por razones pragmáticas ya no tendrá nada que buscar aferrándose al poder. Será desechado por parte de rusos y chinos como lo fue Crimea y Osetia del Sur por parte de los Estados Unidos en su momento. Los vencedores terminan negociando sus áreas de influencia antes de ir a una confrontación innecesaria por mampuesto.

La legitimidad democrática
En este ámbito reside la legitimidad democrática como potencia y no en los poderes constituidos conservadores que en todo caso se moverían en los términos de legalidad, siendo este un terreno en el que los jurisconsultos tarifados de un lado y otro encontrarán siempre elementos normativos para justificar sus posiciones. No obstante, el asunto aquí es más político que jurídico.

En nuestro criterio, la legitimidad democrática es otra cosa. La vimos en las calles de Caracas en el año 2002 para enfrentar al golpe de Estado de Carmona pero también estuvo presente el día 23 de enero del 2019. La ciudadanía hastiada ya no está dispuesta a que se les siga gobernando de la vieja manera y el bloque de poder no puede continuar gobernando pues su gestión fracasó.

Debemos decir que lastimosamente los dirigentes del llamado socialismo del siglo XXI venezolano no aprendieron ni asimilaron el significado del fracaso de los socialismos burocráticos del siglo XX. Quedándose en el panfleto, en obras inconclusas, en ausencia de un proyecto real y serio de país, fueron incapaces de revolucionar al Estado y a la economía desde la democracia como proyecto en construcción. Solo por eso deberían de irse. Una parte de la izquierda, cayendo en el juego del imperialismo/antiimperialismo y que aún apoyan al gobierno de Nicolás Maduro, por acción u omisión, tampoco ha comprendido que las conquistas liberales de la división de los poderes en la Revolución Francesa no pueden superarse con bonapartismo, concentración y tendencia al partido único sino con más independencia de los poderes y, sobre todo, con más democracia directa para elegir y revocar.
edula7@hotmail.com
vaguilar21@hotmail.com

Etnografía política y jurídica en Atabapo. Vladimir Aguilar

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