El dilema polarizador
Vladimir Aguilar Castro
Nuestro
principal dilema es el de asistir a votar mediante un razonamiento
primitivo de hacerlo
contra un gobierno que ya nada tiene que ofrecer a la sociedad, o
abstenernos no por seguir la línea de un sector opositor dividido, en
desbandada y fracasado, sino por ser coherentes con una posición la cual
desde 1998 anticipamos. En efecto, el modelo político
venezolano no cambiará con meros maquillajes electorales y
constitucionales de no transformase la base material extractiva de
acumulación.
Hoy
en día, a pesar de haber mayores condiciones para el ejercicio de lo
que históricamente la
democracia formal ha instituido como variable fundamental de todo
sistema político (el voto), paradójicamente proponen no ejercerla
quienes la han reivindicado a lo largo de estos veinte años. Hay una
metamorfosis en y de los roles. Los que se oponían a la
democracia burguesa hoy creen en ella y los contrarios a la abstención
la reinventan.
Así está Venezuela atrapada de nuevo en los dilemas de una polarización que la mantiene secuestrada
en tiempos de elecciones y que culturalmente arrastra como componente principal de su atavismo político.