Venezuela: más allá de una Asamblea Nacional Constituyente
Vladimir Aguilar Castro
Universidad de Los Andes
“Lo que cuenta en un camino es siempre la mitad. No el principio ni el fin”.
Deleuze
De la política profana a la política profanada
La política profana es el arte de lo posible. Se inventa y
reinventa en medio del acontecimiento. Su principal atributo es el
desafío a lo contingente. En cambio, la política profanada es la
negación de lo primero. Su característica fundamental es la política
como entelequia en una suerte de rol engañador.
Las bases comiciales de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC)
Teniendo una falla de origen, las bases comiciales para la
convocatoria a una ANC es la continuación de una seguidilla de
violaciones al texto constitucional. Como si se tratara de una Enmienda o
Reforma Constitucional, el Presidente de la República secuestra la
iniciativa de una consulta al soberano.
Por si eso fuera poco, las bases
que deberían ser sometidas también al escrutinio del pueblo, tal como
ocurrió en el 2007 y 2009, de un zarpazo y en tiempo record, el Consejo
Nacional Electoral (CNE) las ratifica y enseguida convoca a la elección
de sus miembros.
Al existir falla de origen habrá otra de llegada. De
seguro, tanto los constituyentistas (a la hechura del proceso) como la
nueva constitución aprobada tampoco serán consultadas. Ya ni las formas
cuentan.
El bonapartismo continuado
El gobierno no abre rendijas dejando sin opciones a la
inmensa mayoría que se le opone. Sus decisiones jurídicas se asientan en
un Diktat y paulatinamente
“el orden jurídico como todo orden, descansa
en una decisión y no en una norma” (Schmitt). La burla democrática
deriva poco a poco en tragedia llevando al país a un no retorno.
Los
caminos de un totalitarismo estructural están trazados ya no solo por
los muertos en tiempos de revolución sino, sobre todo, por la creciente
renuncia al proyecto democrático.
La negación al principio revolucionario del poder constituyente
Era Hegel quien rechazaba el principio revolucionario del
poder constituyente heredado de la revolución francesa por aquella
máxima de ni comienzo absoluto ni tabula rasa. En efecto, decía Hegel
que el orden político se presupone siempre a sí mismo, ya que un poder
constituyente ilimitado e inalienable dará lugar a la dictadura
soberana.
En Venezuela, la confiscación constituyente por parte del
poder ejecutivo sin duda intenta dar paso a un eclipse definitivo de la
política. Asistimos así a su profanación definitiva.
Destituyente o las lógicas de la excepción permanente
La convocatoria a una ANC se ha convertido en una
destituyente.
Se ha destituido la democracia como proyecto, la voluntad
popular tantas veces aclamada y primordialmente la Constitución de 1999.
El país está sumergido en un estado de excepción permanente más allá de toda estabilidad pretendida y fingida.
Mayo, 24, 2017